EL SEMÁFORO 2 (continuación de EL SEMÁFORO)
Brama de nuevo el bicilíndrico a tres mil revoluciones por minuto. Se acerca al semáforo entre altos edificios que amplifican el sonido que escupen los tubos de escape. El motorista deja lentamente de acelerar. El motor comienza a retener los cerca de cuatrocientos kilos de hombre y máquina en su camino hacia la luz roja, la fiereza del rugido se aplaca. Los ojos del hombre barren la acera derecha de la calle buscando un rastro. Recuerda un lance fallido de caza pocas fechas atrás en ese mismo lugar. La blanca línea en el piso se aproxima, embraga y del poderoso motor emerge un ralentí de león durmiente. Está detenido, envanecido por el impacto que sabe que su estampa ejerce a lomos de la moto cuando, sin esperarlo, la ve por encima de los coches, acercándose al semáforo. Ella, a punto de pisar el asfalto, percibe el binomio hombre máquina, gallardo e inmóvil en el carril central de la calle, entre un camión de Cocacola y un sucio Kia amarillo. Esta vez lleva dos niños de la mano. Y re...