MARGARITA MUELLES
Por fin, hoy es el día. He lavado al perro, me he puesto el vestido nuevo, colorete, la raya en el ojo y he bajado a la calle. Estoy nerviosa, es la primera vez que siento este cosquilleo desde que me separé de Ramón, no quiero decir que cuando estaba con él…, bueno, ese es otro asunto. Aún es un poco pronto. Suele bajar sobre las ocho y media. Vaya, no he quitado el plastiquito de la etiqueta de la correa nueva que compré el otro día. No ha sido fácil encontrarlo. Todas las perreras estaban a tomar por saco y no había más que chuchos feos o enfermos. Este lo encontré la semana pasada en un pueblo a cien kilómetros, no está mal, creo que da el pego. La verdad es que nunca me han gustado los perros, pero a él le sienta tan bien el suyo. Se les ve a los dos super guapos, estilosos al caminar y hasta contentos paseando por el barrio todas las tardes. Lo lleva siempre super limpio y aseado, se debe de gastar un dinero. Me voy a sentar en este banco. E...